Ayer el Gobierno consumó la propuesta de que se legalice el cierre de medios de comunicación a través de una decisión administrativa: el sindazo. Efectivamente se agreden los derechos fundamentales y es muy razonable que se produzca una rebelión en internet para responder a tal agresión.Una de las respuestas ha sido otro manifiesto, reproducido de nuevo en miles de blogs. No lo voy a reproducir porque comparto una buena parte de lo que mueve a redactarlo (el rechazo a la violación de derechos fundamentales) pero rechazo también algunos de sus puntos. Entiendo que muchos de quienes lo han publicado lo hacen porque consideran necesaria una respuesta al sindazo y este manifiesto ha sido la respuesta colectiva realmente existente. Puede que me equivoque al no publicarlo; no menos, en todo caso que quienes sí lo publican pero votarán al partido que, según ellos, promueve la violación de derechos fundamentales porque los otros son peores (el derecho fundamental al pluralismo político más allá del bipartidismo importa menos, parece).
El manifiesto destila un posicionamiento en el conflicto entre dos industrias (la industria cultural y la industria tecnológica) que me parece un análisis peligrosísimo: es el mismo análisis que hace la SGAE, sólo que ésta se posiciona del otro lado. No creo que el meollo esté en el conflicto entre industrias, sino en entender la cultura no como una industria sino como un derecho (que coloca a los creadores en el mismo barco que a quienes queremos disfrutar de sus creaciones) y en pensar las nuevas tecnologías como el canal que más favorece el ejercicio de ese derecho: como hasta ahora han sido las bibliotecas, las videotecas, las fonotecas,… pero a lo grande: un chollo para quienes defendemos la cultura.
No tengo ningún interés en defender que el sector tecnológico se sienta seguro: si por mí fuera se renacionalizaría Telefónica y se garantizaría un acceso a internet libre, gratuito y de calidad para toda la ciudadanía. Eso causaría gran inseguridad en algunas empresas de telecomunicaciones. Pues bueno, pues vale. Así que mi manifiesto no tendría el punto 3.
Tampoco tendría el punto 5. La frase “Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista“, me resulta de un liberalote que tira para atrás y no la comparto en absoluto: hay muchas cosas obsoletas que precisamente por serlo deben ser protegidas colectivamente. El problema de la SGAE y sus afines no es que no se sepan adaptar: más bien diría que se adaptan a las circunstancias con una eficacia que da vértigo. En general el punto 5 parece decir que la cultura se tiene que adaptar al nuevo tipo de mercado. Nada más lejos de lo que yo pienso: la cultura es un derecho colectivo y el Estado se tiene que volcar en favorecer una cultura libre y pública en la que los creadores tengan todo el apoyo de la sociedad que se beneficia de su trabajo. El punto 5 demanda modificaciones en la industria de la cultura y yo demando que la cultura deje de ser una industria y pase a ser un derecho central en una sociedad mejor. Y el punto 6 dice lo que insinúa el punto 5, pero sin tapujos: “las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales“.
En el punto 7 se menciona la necesidad de una internet libre y “sin interferencias políticas“. Yo defiendo una internet libre y sin controles políticos. No es lo mismo, ni quiere decir lo mismo. En internet hay política, afortunadamente: no creo que sean interferencias, sino usos legítimos de un canal de comunicación (este mismo blog es un ejemplo). Cuando se dice “sin interferencias políticas” se está diciendo que los políticos quiten sus manazas de internet. Y yo creo que precisamente la Política, la acción colectiva, es la que tiene que introducir mecanismos que eviten que también en internet haya quien controla políticamente. Pero, salvo casos extremos, en España parece que esos controles vienen más de empresas (como la propia Facebook que hace unos días cerró la página estosololoarreglamossinellos). Debemos preservar Internet como espacio de libertad de expresión y ello debe ser responsabilidad de la Política, que para eso está: para que la vida colectiva sea mejor.
Con otras muchas cosas del manifiesto estoy de acuerdo. En otras discrepo sólo en matices, en la redacción (la neutralidad de la red es necesaria para la democracia, no para la economía). Hace falta una acción colectiva, de respuesta. Pero personalmente prefiero que en el paquete no entre asumir algunas cuestiones que desvían el problema en vez de acercarnos a una cultura realmente libre y pública.
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