Hace casi diez años Esperanza Aguirre decidió cometer una (otra) ilegalidad en el distrito de Chamberí. Tras haber anunciado el «Retiro II» encima de un depósito del Canal de Isabel II e incluso haber puesto la primera piedra de la obra en campaña electoral decidió que era mejor poner un campo de prácticas de golf. Daba igual que no tuviera licencia para ello, declaró el chanchullo de interés general y continuó la ilegalidad pensando que los hechos consumados consolidarían un ataque al barrio del que se beneficiaría el entorno familiar y económico de su número dos, Ignacio González.

Hace casi diez años nos conocimos muchos vecinos y vecinas de Chamberí que no estábamos dispuestos a que nos destrozaran el barrio, algunas de estas vecinas se echaron y siguen echando a las espaldas horas y horas informándose e informando a otros, investigando… Hubo las mayores movilizaciones que ha tenido nuestro barrio (un barrio tradicionalmente conservador aunque felizmente esta etiqueta va apartándose de la realidad de Chamberí). Mucha gente puso sus neuronas para conseguir que todo el barrio supiera lo que pasaba, se organizaron talleres participativos en los que diseñábamos el Chamberí verde, habitable y amable en el que deseábamos vivir, conseguimos que los medios de comunicación contaran el escándalo que estaba ocurriendo en nuestro distrito sin que hubiera explicación posible. Estudiamos y llevamos a los tribunales las ilegalidades evidentes que fuimos detectando y ganamos sentencia a sentencia sin que la Comunidad de Madrid se atuviera a cumplir la legalidad.

Esta mañana el gobierno de la Comunidad de Madrid ha anunciado que iniciará un diálogo para desmantelar las instalaciones de golf y recuperar la legalidad de la parcela, lo que conduce a instalaciones deportivas de verdad y sobre todo las zonas verdes y de esparcimiento que necesita el barrio como el aire (porque, de hecho, son aire).

Es una victoria vecinal maravillosa, de gente generosa que ha dado lo mejor de sí por su barrio, por su gente. Esa es la gente que construye sus barrios y que construirá un país mejor. El día que se inaugure el parque, espero que la cinta la corten Chiqui, Carmen (¡varias cármenes!), Paco, Lourdes, Juanma, Alberto, Álvaro, Isabela, Charlie, Ramón… tantos vecinos que dignificaron tanto su barrio.

Como vecino de Chamberí (que además, diez años después, tiene un hijo al que llevar al futuro parque) ¡muchas gracias, vecinos, amigos, compañeros! ¡Madrid os debe tanto! ¡Con gente así, por supuesto que se puede!