Estos días se celebra la fiesta del PCE, al parecer con gran éxito. Tenemos y tendremos noticia de lo sucedido en la fiesta por los múltiples blogueros que están allí: Manolo Ruda, Juan Segovia, IU Alhaurín, Eva, Javi Busto (a quien tuve la alegría de conocer personalmente el jueves en casa) y, por supuesto, ceronegativo y Rafa Hortaleza, que seguro que nos traen vídeos con entrevistas realizadas en la fiesta. La Fiesta ha venido marcada por la crónica de Público de un acto en San Andrés de Rabanedo (León) en el que Julio Anguita se cuestionaba la idoneidad movilizadora de la apelación al comunismo. Más allá de titulares engañosos, la frase objeto de la polémica fue, según Público:
«Yo, que soy comunista, hace tiempo renuncié a plantear el comunismo como alternativa o el socialismo, porque eso no llega a la gente. A la gente sí le llega un derecho humano«
Hace tiempo me explicaron la razón por la que en los trabajos académicos hay que poner tres citas en cada línea. Se hace para que cuando alguien discuta lo que uno dice, se pueda responder «Oye, que eso no lo he dicho yo, sino Pepa Pérez en su libro Turología clásica, página 2.341«. Algo así necesito para escribir un apunte que pueda incomodar a los compañeros y compañeras de quienes más cerca me siento ética y políticamente.
No podría hacer mía la frase de Anguita porque yo tendría que comenzar diciendo «Yo, que no sé si soy comunista,…«. Es lo que he contestado en las múltiples veces que me han preguntado si soy comunista: «No tengo ni idea«. Es una cuestión identitaria y a uno le resulta bastante vanidoso decirse de izquierdas, como para dar un paso más allá y afirmarse comunista. No es que crea que sea una duda cuya resolución sea estéril: ni eso tengo claro. Es simplemente que tengo infinitas dudas sobre qué sea ser comunista hoy. Y por hoy no me refiero al 20 de septiembre de 2009, sino a cualquier hoy: en su momento Lenin pertenecía al partido socialdemócrata, mientras había otros ámbitos políticos organizados (como los socialistas revolucionarios o los populistas) más cercanos a lo que después ha sido la tradición comunista; tampoco Fidel Castro llegó a la vía revolucionaria desde el Partido Comunista Cubano; por supuesto, el socialismo bolivariano ha venido acompañado de los partidos comunistas, pero no con ellos como protagonistas. Eso no quiere decir nada en contra de los partidos comunistas: sólo nos indica que éstos no son, a veces, el único vehículo hacia la transformación revolucionaria de la sociedad.
Tampoco estoy de acuerdo en que la necesaria centralidad de los derechos humanos (que yo también reivindico) se deba a que aglutine o movilice más (desgraciadamente no creo que sea así), sino a que situar una parte de ellos como secundarios, colocando la trinchera cuartelera en el motor de las decisiones, ha sido una causa principal del fracaso (más allá de su derrota) de los regímenes que se proclamaron socialistas.
¿Qué es ser comunista hoy, 20 de septiembre de 2009? No conozco a nadie que piense que ser comunista hoy sea lo mismo que ser comunista hace 150 años, o que en 1917, o que durante el franquismo en España. Si ser comunista hoy quiere decir tener los principios éticos y políticos que tienen algunos amigos y amigas que se dicen comunistas, aspiro a ser comunista. Sin embargo, ser comunista debe de ser algo más. Uno de los libros que he leído este verano es la entrevista-biografía de Ignacio Ramonet a Fidel Castro. En ella, Castro define como comunismo utópico a esa idea ética de la política que pone el acento en la denuncia del capitalismo como un modelo injusto en contraposición con su comunismo supuestamente científico. No estoy demasiado de acuerdo, pero es útil para entender que uno tenga un mar de dudas a la hora de situarse dentro o fuera del concepto comunismo (ese llamado comunismo científico, se entiende).
Más allá de resolver ese conflicto identitario, el problema que señala la frase de Julio Anguita (sea literal o no) es el de la utilidad en Europa y en 2009 de palabras como comunismo para movilizar a la sociedad, conseguir superar el crimen colectivo que supone el capitalismo y para generar un modelo de sociedad que ponga la dignidad de todas las mujeres y hombres en el centro de toda decisión política. Y ahí es donde se empiezan a despejar algunas de mis dudas (para mal, me temo).
Mi buen amigo viul suele decir que los comunistas (como él) tendrían que comenzar por actualizar sus símbolos. Por ejemplo, la hoz y el martillo apela a un tipo de clase trabajadora que no incluye a gran parte de la actual cuyos instrumentos de trabajo son el ratón y el teclado de ordenador. Es un análisis laico y materialista que apela a la renuncia a la nostalgia y a utilizar los símbolos como instrumento aglutinador y movilizador, no sólo como reivindicación de una tradición de la que sentirse en gran parte orgulloso.
Tengo bastante claro que esa tradición, sobre todo en España, nos ha dejado un legado de honestidad, sacrificio, valentía y compromiso que reivindicar; asimismo, insisto, bajo esa tradición se sitúan hoy algunos de los referentes éticos y políticos en los que nos debemos mirar quienes sólo somos aprendices en esto de ser de izquierdas. Sin embargo, me pregunto si no se puede salvar gran parte de ese legado apostando por nuevas iconografías que incluyan nuevos términos y nuevas banderas: no sólo en cuanto a trozos de tela, sino también en cuanto a reivindicaciones centrales, en cuanto a discursos (no en cuanto a aspiración política final, que siempre será la emancipación política y económica de todos los hombres y mujeres del mundo).
Los partidos, las palabras, los símbolos,… son instrumentos al servicio de un fin, nunca fines en sí mismos. Incluso en medio de una profunda crisis del capitalismo (o del neoliberalismo, vaya uno a saber), el imaginario popular asocia la iconografía comunista (incluido el término comunismo) con la nostalgia y no con proyectos políticos de emancipación a realizar aquí y ahora. Muchos compañeros que se proclaman comunistas tienen que empezar justificando su comunismo, porque un auditorio lejano no sabe cuál es el papel que reclama quien hoy se define como comunista. Por ejemplo, cuando se anuncia que aspiramos a la III República, no hace falta explicar casi nunca que no nos limitamos a aspirar a la elección democrática del Jefe del Estado, sino a todo un universo de transformaciones sociales.
Me temo que, por doloroso que pueda resultar para muchos (dolor que evidentemente entiendo), sería mucho más audaz intentar la movilización y el cambio en la sociedad mediante nuevos símbolos y términos que aglutinen a quienes apuestan por un nuevo modelo político, social y económico que apueste por la emancipación a través del radicalismo democrático y de la plena implantación de todos los derechos humanos. Esos símbolos y términos no tienen que suponer realmente ninguna renuncia política ni ética, pues no se renuncia a los conceptos políticos, sino al nombre que damos a ese concepto y a los instrumentos que usamos para lograr su realización. Me temo que hoy el término comunista y la iconografía asociada a él son útiles para ganar cohesión, pero no para sumar las necesarias nuevas fuerzas.
Sé que este texto pueda resultar incluso insultante (espero que no) para muchas personas de ideas cercanísimas a las mías. Sin embargo, creo que es la honestidad y la franqueza en el debate la que nos permitirá a quienes caminamos juntos contra un modelo económico y social antihumano generar medianamente pronto una mayoría social. Y en última instancia siempre podré decir que no lo digo no, sino que cuentan que lo dijo Anguita en León.
NOTA: La imagen de la hoz interrogante y el martillo está tomada de La Fragua, cuyo blog está bajo licencia Creative Commons. La de Memoria a dos voces está tomada de cualquier librería que tenga página web.
[…] This post was mentioned on Twitter by Hugo Martínez Abarca and José Manuel. José Manuel said: RT @hugomabarca: En el blog: Comunismo, comunistas http://bit.ly/koQuY […]
Las pocas veces que he tenido que responder a la pregunta de «por qué no soy comunista» he respondido: «porque me faltan certezas». Así que leyendo este post me he sentido muy cercano a tus reflexiones. Los comunistas son mis compañeros de lucha y el comunismo me parece un ideal de referencia, ese horizonte hacia el que caminar para seguir avanzando, pero no acabo de estar convencido de su «practicabilidad» sin unanimidad. Una verdadera sociedad comunista debería ser antes que nada una «sociedad de comunistas», y ahí esta el reto y la dificultad más grande, que no se supera sólo con revoluciones.
En cuanto al cambio de simbología comunista(denominación, banderas, siglas y demás), me permito hacer tres apuntes:
1.- Como es obvio, cualquier decisión sobre ello compete exclusivamente a los comunistas.
2.- Quizás tampoco sirviera para aparcar los estereotipos que ahora funcionan. Recuerdo a mi abuela política, que me preguntaba siempre «¿Cómo os va a los comunistas?», y yo le respondía «Señora, yo soy de IU pero no soy comunista». No servía de nada, porque una y otra vez volvía a preguntarme «¿Cómo os va a los comunistas»?, hasta que yo comprendí que no tenía sentido seguir negando «su» evidencia, y desde entonces respondo «Muy bien, a los comunistas nos va muy bien».
3.- Poniendo por caso que los comunistas del PCE decidieran dar un paso así, cosa que no creo que se produzca, estoy absolutamente seguro de que habría grupos o grupúsculos que reivindicarían para ellos esos mismos símbolos arrinconados. Tendríamos entonces un PCE-reconstituido, un PCE-auténtico o similar. Y la izquierda se encontraría más dividida y más débil.
En resumen, creo que lo mejor para la izquierda es un PCE que aglutine a los comunistas apostando por la unidad con las demás organizaciones y personas de la izquierda socialista (es decir, anticapitalista). Es decir, lo que pretende ser (y en parte es) Izquierda Unida.
Dicho con todo el respeto.
Contesto por orden inverso.
No había pensado en el punto 3 y no es un detalle menor, llevas razón.
El punto 2 es real, pero no afecta al primer círculo de gente con el que debería crecer nuestra izquierda, creo.
En el punto 1 coincido plenamente. Este post me resulta incómodo porque tiene bastante de meterme donde no me llaman. Por eso lo he publicado en domingo.
Pero has sido temerario sacando el tema coincidiendo con la fiesta del PCE. ¡Ya verás cuando vuelvan de Córdoba las hordas comunistas henchidas de ardor revolucionario!
El 25 de octubre de 2007 escribí algo que ahora cabe poner en relación con tu post. Decía yo lo siguiente:
En el aprendizaje y el desarrollo de cualquier ser humano intervienen muchos profesores, alguno de los cuales deja más huella que otros. Yo recuerdo con especial cariño a unos cuantos, entre los que está mi profesor de Derecho Romano, Victoriano Sainz (con el que llevo un par de años colaborando para impartir algunas clases prácticas a alumnos de 1º y 2º de la carrera de Derecho en la Universidad de Alicante).
Victoriano Sainz tenía y tiene la sana costumbre de explicar sus lecciones con la ayuda de la etimología (ciencia que estudia la historia de las palabras: cuándo son incorporadas a un idioma, de qué fuente, y cómo su forma y significado han cambiado).
Llevaba tiempo barruntando escribir algo sobre mi predilección por lo ‘común’ o lo ‘comunitario’, porque estoy cansado de observar a mi alrededor una tendencia generalizada a defender lo ‘privado’ o ‘individual’ frente a lo ‘común’, pero no sabía como empezar. Quería hablar de la importancia del ‘bien común’ frente al ‘bien individual’ en la determinación de las acciones sociales (individuales y colectivas), pero no estaba inspirado.
Seguir leyendo en: http://basseta2007.blogspot.com/2007/10/la-historia-de-las-palabras.html
“Para nosotros el comunismo no es un estado que deba implantarse, un ideal al que haya de someterse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual.” Como ves, para oponer una cita de autoridad a la de Julio sólo me queda acudir a Marx y Engels en La ideología alemana. El comunismo sólo puede ser ese poder colectivo en acción, un movimiento para la emancipación de las clases subalternas. No puede ser ni un Estado ni un ideal. Nunca ha habido un Estado comunista ni lo habrá. Y no nos engañemos, lo más probable es que nunca haya una sociedad y menos un mundo comunista. ¿Y qué?
Respecto a la estigmatización del término, es evidente que es algo real, en la que han participado los propios comunistas, los reaccionarios pero también buena parte de esa gente que se llama «la izquierda», que ha sacrificado el término comunista (cuando aquellos estados eran socialistas). No sé si soy comunista pero tengo claro que el anticomunismo es uno de los principales males de la izquierda y una de las causas de su debacle en Europa. Es decir, que no hay nada más tonto que un anticomunista de izquierdas.
No creo que lo prioritario sea encontrar nuevos símbolos o reconvertir los viejos, sino reconcentrar fuerzas dispersas en las luchas de hoy en día, que siguen siendo más o menos las mismas de siempre, aunque sea con otro nombre. Desaparecida la Unión Soviética y siendo China…bueno, no tengo ni idea de lo que es China, al menos queda el camino libre de tutelas. El movimiento se demuestra andando y los símbolos saldrán solos.
el pce español debiera hacer también una reflexión en torno a sus propios mitos. Porque el pce nunca fue nada antes el 36, si bien es cierto que durante el fraqnuismo y en buena parte del Estado logró aglutinar a los que lucharon contra la dictadura, fueran o no fueran comunistas. Es decir, que bajo el PCE se cobijó lo más valiente, lo más comprometido y lo mejor de la sociedad española. (y a ello se llegó porque fue stalin el único en apoyar decididamente a la república española fretne al fascismo).
Otra cosa han sido sus dirigentes, pero otra cosa muy diferente. Una pandilla de stalinsitas pesebreros que se apuntaron a todo con tal de estar en el palmito, hasta el punto de terminar besando el culo del rey y traicionando a toda esa gente que dio la cara durante el franquismo.
Pero los comunistas, por aquello de la obediencia debida, siguen sin decir esta boca es mía, siguen sin cagarse en sus comités centrales… ¿se acuerdan de la frase? lo que franco no logró , terminar con el pce, lo logró carrillo. Es injusto, pero es cierto.
¿Proclamarse comunista? me da a mi en la nariz que la gente piensa que eso sifnifica falta de libertades, clases dirigentes privilegiadas, culto a la personalidad y nulo respeto a los derecos humanos.Que les suena a stalisnismo, vaya, auqnue de eso no sean culpables los militantes comunistas del mundo, tampoco los asesinados en siberia por el propio PCUS (¿añado los librados a la policía franquista por el propio PCE o esto es muy polémico?)
No, la gente no traga. Tiene razón Anguita.
Mitxel me ha encantado su comentario.
Mitxel, usted sabe muy bien cuánto y cómo se caga la gente del PCE en Carrillo & Co.
Y sí se realiza bastante autocítica en el PCE, por lo menos yo la hago y me consta que muchos camaradas también. Por ejemplo me temo que mucha más autocrítica que en Ezquer Batua Berdeak después de la última debacle. Yo intento no defecar en nadie nunca, es de mal gusto y poco constructivo, pero si comenzara hacerlo lo haría por quienes hoy me dan por el culo más, quiero decir me dificultan, para conseguir llevar mis ideas a la ciudanía.
Y no son precisamente Lister, ni Pasionaria, ni Carrilo, ni siquiera Stalin…tendría que empezar -y no lo haré nunca- por ejemplo con EBB entre muchos otros. ¿La gente no traga al PCE?, es un hecho penoso pero en buena parte cierto, pero mírese antes su viga y dígame si os traga a vosotros y al experimento nacionalecosocialista.
Fraternalmente.
pos estoy de acuerdo con Julio
ser comunista es muy exigente ( ser de derechas o del psoe es muy facil…) y la gente no da pa mas asi que es logico replantearse el tema
si comunismo es lo de china o lo de cuba apaga y vamonos…me quedo con Noruega la verdad
lo demas como siempre los medios fastidiando y vendiendo titulares bobos pa quien se los compre
adelante Julio
Mucha salut i mucha republika ¡¡¡¡
La que has liao hermano…
Me lo temo, viul, me lo temo.
el post es en nada ofensivo, como tampoco la respuesta de Ignacio. Por lo menos no para mi. Pero yo creo que la abuela política de Ignacio tiene una inteligencia natural para saber que él y probablemente tú Hugo sois comunistas. Comunistas de hoy en día pero comunistas al fin y al cabo.
Ser comunista no significa necesariamente militar en el PCE, pero seguramente seais comunistas y si mañana hubiera un golpe como en el 36 y os cogieran os fusilarían por comunistas, porque para un fascista, o para Aznar, la diferencia ideológica entre Hugo, Ignacio, yo e incluso Mitxel es inapreciable.
Pienso yo que ser comunista le expone a uno a tener que cargar con un lastre de totalitarismo y estalinismo que no es fácil de asumir. Parece que ser comunista implica necesariamente ser corresponsable de todos los demanes pasados de que se hicieran en nombre de esta noble ideología. No deja de ser paradógico que eso no suceda si eres liberal o capitalista (te podrían recordar la esclavitud o el nazismoO) o si eres socialdemócrata o… ni siquiera si eres cristiano te recuerdan las cruzadas o más cercanamente la Cruzada Nacional Católica. Tampoco si eres nacionalista vasco tienes por qué cargar con el sanbenito de ETA y sus tiros en la nuca. Si eres nacionalista español nadie te recuerda los asesinatos cometidos durante cientos de años en su nombre… en fin, creo que la idea queda clara.
Esa automática asunción de corresponsabilidad por todo lo malo ocurrido antes sólo se da en el comunismo. Este hecho no hace sencillo que uno se autodenomine «comunista».
Por otra parte la propia debilidad de PCE hacen que sea poco atractivo para muchos. La existencia de una IU «paracomunista» hacen que para muchos el PCE no tenga utilidad…
Si me permiten comenté en un post por qué yo me sigo autodenominando comunista, os dejo el link:
De por que´yo me sigo considerando comunista
Cierro: ustedes son más comunistas de lo que creen. Un abrazo.
[…] autor del blog A bloguear, a bloguear y del comentario “la que has liado, hermano” es el autor de la selección blogueril de lo que tendríais […]
Me gusta tu respuesta, Rafa, porque el miedo que tengo ante un apunte como éste es que sea confundido con el anticomunismo, del que yo estoy tan lejos.
Yo creo que está mucho más cerca de la ética estalinista muchos de los que hacen del anticomunsimo una bandera que los comunistas de quienes me siento más cercano. Lo que cuestiono no son los principios de los comunistas. Ni siquiera cuestiono vuestro partido. Me planteo cuál pueda ser la táctica más eficaz para que los principios que compartimos, el ideal al que aspiráis y en gran medida aspiro, seduzcan a la mayoría social.
Ese es el sentido del texto y por ello espero no ofender a nadie (ni generar una bronca entre comentaristas que tenemos muchas ideas en común)
Yo no me he sentido en absoluto ofendido por tu post, Hugo.
bien don rafa, veo que viene usted con las pilas cargadas de la fiestuki, como debe ser, pleno de testosterona.
Por partes:
No entiendo qué le ha ofendido en mi comentario, porque creo que era una loa a los comunistas, pero no a sus direcciones. No solo hablo de carrillo, lister y stalin, sino de pasionaria, semprun, y más o menos de todo el que ha pasado por algún comité central, hoy en su mayor parte en el psoe.
Lo de que hacen ustedes autocríticas, pues quizás, pero creo que son más ejercicios espirituales que otra cosa, pero bueno, no es asunto mío. Sigo, de todas formas, pensando que en el PCE y tmbién en IU (¿dónde está la diferencia?) lo que se ha estilado siempre es hacerle la «autocrítica» al de al lado.
En la parte estrella de su argumentación, ya sabe, donde dice «y tú más que yo», pues decirle que sí, que tiene razón, que en EB no se hace autocrítica, de nunca, oiga, de nunca. Ahora mismo ya no se hace ni siquiera crítica, para qué engañarnos. Decirle, a este respecto, que la inmensa mayoría de los cargos directivos o nomenklatura de EB viene del PCE, como no podía ser menos en una organización tan plural como es nuestra IU Federal.
De todas formas, no es cierto que usted no se meta con EB. Al contrario, le obsesiona más EB que a mí Patxi López, que ya es decir…
Y, finalmente, decirle que sí, que tendría que haber autocrítica en EB, pro no en el sentido de «si no os gustan estos principios, pues aquí tenemos estos otros…» No, don Rafa, eso es lo que usted propone, pero si lo piensa bien, verá que eso es muy poco comunista.
(bueno, ahor ya sé que no me puedo meter ni con Patxi ni con carrillo)
ah, don rafa, y en cuanto a los que «màs le dan por el culo», permítame remitirle a nuestra área afectivo-sexual, que creo que es la única que funciona.
Considero que Hugo y yo tenemos la suficiente confianza como para que le diga lo que pienso realente del texto sin que se ofenda ni piense que esa sea mi intención.
1. El fundamento del texto me parece malo, erroneo. Y por una razón tan sencilla como que la descripción que él hace de los comunistas en la historia no es acertada, es idealista y ahistórica. Y pongo el ejemplo más sencillo y más ejemplarizante: ¿Lenin y los bolcheviques hicieron la revolución rusa -y no hablo sólo del estallido, sino de un proceso histórico de varias décadas, pero vamos a dejarlo en dos décadas de protagonismo central de lo que sería el núcleo bolchevique- hablando exclusivamente de hacer una revolución comunista únicamente? ¿Era el concepto del comunista o puramente la propaganda reducida a conceptos ideológicos el centro de la acción bolchevique? En absoluto. De hecho se puede decir que los bolcheviques hicieron la revolución porque fueron los mejores traductores de la tradición marxista. ¿A qué me refieron con lo de traductores? Pues a ni más ni menos a que a que en su acción diaria y en su acción de inserción en las masas y en el cambio de conciencia de éstas no se basaba en hablar como eje central de conceptos o símbolos, sino de de acción militante diario a través de un lenguaje y significados que las masas asimilaban con facilidad. ¿Qué es el comunismo? Pan, tierra más electrificación del país. ¿Qué es la revolución agrario? El reparto de la tierra, el trabajo en ella en un modelo cercano a las antiguas comunas rusas más los tractores que os va a dar el estado. ¿Cuál es un eje central de la lucha por la revolución? La lucha por el fin de la guerra. ¿Cómo se soluciona la problemática de las nacionalidades? Conquistando el Estado como instrumento de dominación de clase.
Ya lo siento, pero es que tal y como está planteado me ha parecido una caricatura.
2. Lo del Partido socialdemócrata ruso me parece una mención totalmente desacertada. Porque el concepto tiene distinta significado al de ahora, ya que precisamente en aquellos tiempos era la organización marxista de masas, y es precisamente cuando la evolución le lleva a ser un partido interclasista cuando los bolcheviques se esciden y más tarde crean la III Internacional.
3. Para mí los símbolos no son un problema. En realidad de lo que se trata es un problema de hegemonía cultural, de una derrota total del movimiento obrero y revolucionario. Y porque nos hemos deshecho de las herramientas para combatir en este campo.
Yo no tengo problema por el tema de los símbolos, para mí es algo secundario. Pero para mí el problema no es la hoz y el martillo, sino lo que la batalla de ideas hace de ellas, pero por por gracia del sistema, que también, sino por la utilización que hacemos diario de ellas. La izquierda española en la modernidad no ha tenido el fundamento de sus problemas en sacar sus símbolos a la calle, de hecho en plena década de los 80 y los 90 lo hacía con plena normalidad, sino más bien el problema viene de que somos una izquierda que no hemos sabido adaptarnos y adaptar nuestra práctica militante a las nuevas realidades materiales del capitalismo, unido a algo fundamental, que es una nuestra conversión en una izquierda asimilada por el sistema, con una estructura orgánica asimilida al sistema, con una práctica gubernamental que ha estado más preocupada de gestionar el sistema siempre que hemos tenido oportunidad (País Vasco, Cataluña, Asturias, Sevilla, multitud de municipios) abandono del movimiento obrero y carencia de estrategia en él, dirigentes traidores-corrompidos-asimilados sin bases suficientemente activas y decididas a crear nuevas realidades internar, etc. Todo esto hace una mezcla explosiva que concluye en que los comunistas y las organizaciones revolucionarias no es que no atraigamos por los errores del pasado más histórico, ya que esto es posible combatirlo con la práctica diaria dentro de unos márgenes razonables, sino porque no somos ejemplo suficiente en el presente.
Madrazo, LLamazares, F. Alcaraz, Pérez, Miralles, Jesús Iglesias, etc., etc., etc. no son algo extraño en nuestra realidad, son consecuencia de una realidad que hemos creado nosotros mismos, y sí, es desgraciada, pero tengo la convicción que la solución no se va a basar en el cambio de signos, sino si llevamos nuestros signos al movimiento obrero y trabajamos en el con coherencia transformadora o revolucionaria, si hacemos de nuestros cargos públicos un ejemplo de práctica personal, si hacemos de nuestra organización una traductora de las necesidades sociales con perspectiva socialista, si analizamos bien el actual estado de la lucha de clases, etc.
Siempre, un abrazo.
Una matización importante: Cuando he dicho «dirigentes traidores-corrompidos-asimilados» no lo generalizado, lo digo por los que así son.
Luego ya en los comentarios hay alguna que otra «lección» de historia del PCE e interpretaciones de sus realidades que es mejor no entrar por el grado de barbaridades es incluso estupideces que son.
De nuevo, un abrazo.
Pedro, por supuesto, no puedo publicar un texto como este sin esperar respuestas: especialmente de aquellos quienes compartimos posturas tan cercanas. Precisamente lo planteo porque en el texto expongo mucho más mis dudas que mis certezas que son poquísimas en este asunto.
El problema con los puntos 1 y 2 que señalas es que mi apelación a la militancia de Lenin (o de Fidel) es meramente anecdótica y por eso no tiene ninguna profundidad. Al mencionar la militancia de Lenin en el Partido Socialdemócrata doy por hecho que no es el equivalente de los socialdemócratas de hoy (un socialdemócrata de hace un siglo estaría hoy en el margen izquierdo de IU en el mejor de los casos): sería como pensar que Robespierre tiene algo que ver con el PP porque ambos se reclamaran ‘liberales’. De hecho más que la militancia de Lenin en el Partido Socialdemócrata, lo relevante de la anécdota (si algo en ella es relevante) es que existían otros partidos que se reivindicaban más puramente revolucionarios y de cuyos principios bebió después la revolución, pero que supieron leer peor qué táctica demandaba el momento político. En el fondo eso mismo lo explicas tú mejor que yo al hablar de la «traducción de la tradición marxista».
Pero vamos, el texto no es sobre Lenin ni sobre el leninismo: sobre ambos soy bastante ignorante y tendría poquísimo que aportar.
Estoy más de acuerdo con el final de tu argumentación, aunque yo no lo centraría en los dirigentes sino en quienes no hemos conseguido ser alternativa al poder: la izquierda del ámbito de los comunistas (en la que sí estoy, claro) no ha sabido con su ejemplo y su práctica revocar clichés ni mostrarse frente al poder con seriedad e inteligencia. Y de lo que dudo es de que ya sea viable revertir algunos de esos clichés. O más bien que suponga un esfuerzo estéril, pues lo importante no es el cliché sino la unidad y el crecimiento social para que cambien las cosas.
Además, me pillas en pleno insomnio, así que te he contestado pronto 😉
Desisto de comentar nada en mi espacio (no me sale un apunte digno de llamarse así), y paso a comentar aquí tirando por otros derroteros y soltando la boutade a expensas que se cisquen en mis muertos: ¿cómo narices pretende el PCE (y que conste que el problema es de ellos y no mío) aglutinar en su seno movimientos de liberación si invitan a su fiesta a una delegación oficial de la República Popular China? Yá, que era una delegación cultural y tralarí y tralará. Lo del PCC, personalmente, lo entiendo, porque diferencio entre un régimen comunista oprimido y otro opresor, pero ¿¿China?? ¿Cómo nadie que pretenda alzar su voz en defensa de los Derechos Humanos puede codearse con genocidas? Y no es cuestión de alzar la voz en defensa de los Derechos Humanos para sumar, es cuestión de hacerlo por principios. P-r-i-n-c-i-p-i-o-s. Tristeza me dará viendo a los comunistas del PCE dentro de x años avergonzados por su compadreo con semejantes monstruos. Del stalisnismo algunos se cayeron del guindo muchos años después, porque entiendo que nunca supieron si la información que llegaba era producto de la certeza o era producto de la intoxicación, pero ¿China?
Rectifico: el problema también es mío, porque en los ratos libres de ejercer de progretarra también soy comunista.
picapiedra, en el foro iu se está debatiendo sobre eso (en una parte para la que hay que estar dado de alta) y hay cierta unanimidad (incluso el discrepante lo es menos de lo que parece a simple vista).
El foro es altamente recomendable, por cierto.
Voy pallá, porque tengo cierto interés en leer argumentos.
no es así, Mitxel, se puede uster meter con Patxi todo lo que quiera, a mi me da igual. Y fíjese con Carrillo: agua pasada no mueve molino y además tiene razón en mucho de lo que dice. No tergiverse.
piacapiedra: no puedo estar más de acuerdo con su apreciación de China. A mi me da un repelús que no veas. Escribí hace tiempo sobre ello aquí.
Me temo que como dicen algunos blogueros en los comentarios, este tema tiene cuerda para rato. Es la primera vez que escribo aquí pero la tentación a meterme en estos «fregaos» puede conmigo(igual que la avaricia con los del PP, para que os hagáis una idea).
En primer lugar, un comunista profundamente convencido se mueve por la lucha por un ideal, un objetivo que en sí mismo es lo que mueve el comunismo: la emancipación del ser humano de cualquier otro ser humano.
Un comunista piensa lo mismo hace 150 años o ahora, Hugo,(la plena emancipación) sin embargo, las circunstancias para lograrlo varían. Entonces es cuando interviene el famoso ¿Qué hacer? de Lenin. Lenin decía, con razón, que había una estrategia para conseguir un objetivo. La estrategia sería a corto plazo para un comunista entrar en todo movimiento social posible donde esté el proletariado, ser vanguardia y lograr un apoyo de masas tal que (objetivo)se pueda derrocar el sistema burgués. Sin embargo, para lograrlo es lo que plantea Julio Anguita, qué vamos a hacer cada uno de nosotros, camaradas. Aún no nos hemos planteado individualmente y hasta que no se consiga, los avances de la izquierda serán exasperadamente lentos.
En segundo lugar, el Partido Comunista ha tenido y tiene su historia y no creo que sea ahora el mejor momento para plantear cambios internos que afecte a la visión externa del mismo. El PCE debe estar en la unión de la izquierda (IU) y no hacer la lucha por su cuenta ya que sería la muerte del Partido (esto lo he leído de gente dentro del PCE antes de la IX Asamblea y se me pusieron los pelos de punta). Además no es el mejor momento.
En tercer lugar, en caso de cambiar la simbología o nomenclatura, pienso que sería mejor que lo hiciese IU porque, para algunos sectores de izquierda (no el PCE, precisamente) está demasiado estigmatizada.
Esta es mi humilde opinión sin ánimo de ofender a nadie. Espero que sea constructivo en la medida de lo posible.
Soy la compañera de Ignacio y como mi abuela ha salido a colación en algunos comentarios quiero aclarar que tiene 89 años, a punto de cumplir 90, y que es votante de IU desde hace algunas elecciones (anteriormente votaba al PSOE) y que siempre nos recuerda con cariño que ella votó a los comunistas en las primeras elecciones democráticas, con lo que puntualizo a Hugo al respecto de «El punto 2 es real, pero no afecta al primer círculo de gente con el que debería crecer nuestra izquierda, creo.»
gracias rafa por darme la razón en algo. No es la primera vez, pero nunca me dice en qué.
En cuanto al otro comentarista, al que llamare ms sibarita de la vacuidad, decirle que el negacionismo no es el camino, y que el sufrimiento de muchos comunistas a manos de sus direcciones forma parte de la historia del pce, joda o no joda.
(les aseguro que es una situación muy jodida ser fusilado sentado en una silla porque tienes la columna rota por la policía franquista a la que te libraron los que te acusaron de traidor y hoy dan lecciones de conunismo, de socialismo, o de eso, de puta vacuidad).
[…] puedo porque ayer Hugo decidió prenderle fuego a la pradera con la entrada de su blog “Comunismo, comunistas” (lleva 30 comentarios, y lo que te rondaré morena) y sacar a sus lectores del PCE de los […]
tiene razón en muchas de las cosas que dice sobre el comportamiento de Santiago Carrillo como secretario general porque además, habla desde la experiencia propia y/o cercana.
Una pregunta a los que habláis del movimiento obrero. ¿Existe hoy en día el «movimiento obrero»?
Recojo el guante Emilio: el movimiento obrero existe, como existen las clases, aunque no podamos hacer un calco de la realidad de hace treinta, cuartenta años o un siglo.
Sí, por ahí se dice -quizás porque la memoria es débil- que se ha abandoado al movimiento obrero. Pues no, fue mas bien al revés.
El señor Anguita le puso los punto sobre las íes a Comisiones Obreras después de los pactos de toledo, y Comisiones (a decas, mucho mejor decir comisiones a secas, pues les define mejor) se tomó la venganza que dura hasta nuestros días.
Es decir, que son los pretendidos representantes del movimiento obrero los que abandonan a IU y al PCE por cantarles cuatro erdades, que eran verdad entonces y lo siguen siendo hoy.
En esta tesitura lo que no entiendo es cómo tengo compañeros con ciertos carnets en el bolsillo.
Para empezar decir que intento ser comunista, y espero algún día llegar a serlo, y no me siento en absoluto ofendido por esta entrada de Hugo, es un debate interesantisimo e importante, que aunque no comparta con el, valoro la elegancia y el cariño con que lo ha expuesto.
A grandes rasgos, decir, que sí que determinados símbolos perjudican el entendimiento de muxas de nuestras propuestas de cara al gran público, es plenamente cierto.
Como también y por desgracia nos perjudica apoyar procesos como los de Venezuela, defender la república, y un largo etcetera.
Pero la solución no puede ser dejar de defender la republica, o a Venezuela, o limpiar nuestra simbología, deberemos ser más pedagogicos y trasmitir de una vez, porque esta claro que lo estamos haciendo fatal, que los comunistas no defendemos lo que sugiere el imaginario colectivo, que Venezuela en términos democráticos es una sociedad avanzada y que la república queremos no es una venganza contra nadie.
Saludos
L3ON, me parece que en tu respuesta está la clave:
No podemos renunciar a defender la república o a Venezuela porque eso serían renuncias políticas. Y todo esfuerzo es poco en la defensa de lo que consideramos políticamente correcto: la única razón para renunciar a defender una idea política es que nos convenzan de que esa idea estaba equivocada.
Pero yo de lo que hablo no es de cambios sustantivos, sino de cambio de envoltorio: los símbolos no son verdaderos o falsos, sino útiles o inútiles.
Creo que esa confusión entre lo sustantivo (los principios y aspiraciones que haya detrás de las palabras, símbolos y partidos) y lo instrumental (las palabras, los símbolos, las tácticas e incluso las estrategias) es lo que hace que a veces nos aferremos a lo instrumental aunque ello suponga un lastre para lo sustantivo.
No creo que haya cómo hacer una revolución en el Partido Comunista Mundial, hasta el punto de cambiarle el nombre y el ícono quedándose con los principios progresistas. Prefiero crear el nuevo Partido Cristiano Nacional Socialista del Mundo…….
Querido Hugo, yo quiero agradecerte la entrada. Creo que es muy necesario que se abran determinados debates y que se normalicen las dudas y las discrepancias y más aún si se hacen con cariño, que es como normalemente haces las cosas.
Es muy interesante la reflexión en torno a la cuestión identitaria del PCE, pero creo que los principios siguen siendo plenamente vigentes. En ese sentido me siento muy identificada con la entrada de Pedro y la de Luis Carlos.
El problema para mi es que hemos desplazado de la centralidad de nuestro discurso el eje ideológico de la contradicción capital-trabajo con todos los matices actuales y con cada una de las particularidades globales. Ese para mi es el problema más agudo.
salud
oigan, sin ánimo de ofender, peo cuando leo esos comentarios del tipo yo no se si soy cmunista, pero ya me gustaría, o yo no soy comunsita pero aspiro a serlo y tal…
coño, parece qe hablan ustedes de la santidad, vamos, que esto huele a sotana.
Que no coño, que yo he conocido a comunistas muy cachondos, que no estaban todo el día enfadados, ni haciendo penitencia por la última pajilla, ni compungidos ante los numerosos desviacionismos…
coño, que sean ustedes comunistas, pero con alegría, joe, con alegría, no con santidad.
se lo explico Mitxel: el sábado pasado estuvimos en el acto homenaje a Marcos Ana. Allí, escuchando a Marcos Ana y sabiendo que él -y muchos otros como él anónimos- sí ha sido un COMUNISTA a nosotros, a todos los que estuvimos allí, nos da un pudor íntimo autodefinirnos como tal. A su sombra todos enanos.
Este debate, como me esperaba, está siendo movidito (en el mejor sentido de la palabra).
No pienso que un lavado de imagen sea lo mas recomendable, y aún menos en la actualidad. El PCE ha tenido su historia y su trascendencia a lo largo del siglo XX y XXI. Siempre ha estado combatiendo la contradicción capital – trabajo. Debemos situarnos en 2009 y adaptar nuestras ideas en lo que es lo necesario. Es decir, realizar un orden prioridades para atender a las necesidades básicas de las personas sin dejar a un lado nuestro apoyo al frente de masas. Esa es la gran tarea del PCE (y de IU). Es necesario una regeneración ideológica de lo que somos, para que estamos aquí y qué queremos conseguir. En IU se está haciendo despues de la IX Asamblea pero pienso que la ciudadanía ruega respuestas más rapidas.
Hola Hugo, te he contestado en mi blog, al estilo de como hacía Rosa Luxemburgo con Lenin
http://ceronegativo.net/2009/09/21/comunismo-comunistas/
Que por cierto ambos habrían sido grandes blogeros.
[…] para terminar os dejo con un post calentito, recien salido del horno. El autor se cree que por citarme, aplacará mi ira. Parece mentira que no […]
[…] ha parecido también interesante el debate surgido a partir la reciente entrada de Hugo “Comunismo, comunistas” y la interesante respuesta de Rafa […]
[…] para terminar os dejo con un post calentito, recien salido del horno. El autor se cree que por citarme, aplacará mi ira. Parece mentira que no […]
[…] para terminar os dejo con un post calentito, recien salido del horno. El autor se cree que por citarme, aplacará mi ira. Parece mentira que no […]
mira Hugo. Si no nos dejan poner como símbolo del partido a Beyoncé me quedo con la hoz y el martillo. He dicho.
No es mal argumento, rafa.
Pero yo opino lo que diga Juanes
Yo creo que los símbolos son importantes hasta que dejan de ser útiles y se convierten en un lastre. Y con ello no quiero decir que se tenga que despreciar lo que ello ha representado, todo lo contrario, pero hay realidades que no se las puede saltar ni el barquero. Y no voy a entrar en cuestiones históricas ni ideológicas, me voy a ceñir a algo tan simple como el logo de IU y lo que representó y lo que hoy representa. IU todos sabemos que cuando nació fue en un periodo donde el PCE estaba en una situación parecida a la que está ahora IU, en caída en picado en apoyo electoral y por ende, social, y la idea fue la de aglutinar (en torno al No a la OTAN) a todo el espectro de partidos y organizaciones, movimientos, etc., que estaban a la izquierda del PSOE, y bajo mi punto de vista, lo que logró fue muy importante sobre todo en la primera época, después y a lo largo del tiempo ya hemos visto lo que nos ha pasado, tan mal lo hemos hecho que incluso con lo que se generó en nuestro país con el No a la Guerra, no logramos ni mantener el apoyo electoral. Por lo tanto el nombre cuando nació IU le iba como anillo al dedo, hoy a nivel social la asociación de nuestro nombre es el chiste más fácil, pero que ha calado hondo en la sociedad: Izquierda Hundida, por lo que está claro, sin entrar en más valoraciones, que el solo hecho de tener el nombre que tenemos, hoy, es un problema. Yo propongo, sin tener que renunciar a nada, que lo primero que deberíamos plantearnos los que militamos en IU (no planteo lo mismo al PCE porque no soy afilado y considero que es una cuestión que deben valorar ellos) es, además de tener claro lo básico, quiénes somos, de dónde venimos y donde vamos, es cambiar nuestro nombre y con ello el logo, sin complejos y con la mirada puesta a los que nos están dando algunas lecciones de cómo se trabaja y con quien se trabaja: Dier LInke. Sí, La Izquierda, a secas, un nombre tan simple pero que significa y recoge todo lo que necesitamos para conformar, y ahora sí, y a por todas, una opción que aglutine a todas las fuerzas de izquierdas disgregadas en un frente común dónde los dirigentes lo sean por su buen hacer y no por cuota o imposición partidista (o sea, con un PCE comprometido a trabajar por unir y dejarse la piel en el intento sin mediar peaje) por una izquierda, La Izquierda, que no se resigne a aspirar a ser la muletilla para cogobernar, una opción que prime el trabajo en la calle para que sus cargos institucionales lleven el sentir de las aspiraciones y los problemas de los ciudadanos y los defiendan en los Parlamentos, Diputaciones, Ayuntamientos, etc.,
No se sí parecerá una chorrada o algo insignificante lo que he propuesto, pero yo lo considero muy importante.
Un saludo a todos.
Nota: Cuándo intento entrar en el blog de ceronegativo (incluso desde el feed de mi blog, sale una página en blanco con esta nota:
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No se si me pasa a mí solo o es que el blog tiene algún problema.
[…] para terminar os dejo con un post calentito, recien salido del horno. El autor se cree que por citarme, aplacará mi ira. Parece mentira que no […]
Sigo pensando que los símbolos son importantes, pero lo son más las actitudes. Puede ser que la sociedad haya cambiado tanto en tan pocos años que el mensaje transformador haya que explicarlo con otros argumentos. Creo que por ahí iban las palabras de Anguita, modificar los argumentos, que no la idea, y modificar las actitudes. Siento no poder aportar nada más.
[…] el acto de Julio Anguita, donde dijo lo que dijo, y al que nos fue imposible […]
Hm… He leído el post y todos los comentarios y aún estoy flipando con todas las ideas que se han lanzado al aire y luego desarrollado.
No sé si en otras circunstancias (con menos sueño) sería capaz de componer algún texto aceptable, pero seguro que nada parecido a algunos que acabo de leer. Sencillamente, mi historia personal con la izquierda no ha sido semejante a las de ustedes.
Ahora bien: ¿quieren mi experiencia personal? Cuando me preguntan que me defina políticamente digo que soy «de izquierdas», luego hago una pausa y finalmente digo: «Muy de izquierdas.» En ese momento todo el mundo ya ha entendido que, al margen de matices, estoy a la izquierda del PSOE y que tengo una actitud moderadamente combativa al respecto. Por eso estoy de acuerdo con el señor Nicolás Durán: La Izquierda. Lamentablemente, incluso así estaríamos estigmatizados… En fin:
¡Larga vida y prosperidad, amigous!
Suscribo estas palabras de Julio Anguita;
“Yo, que soy comunista, hace tiempo renuncié a plantear el comunismo como alternativa o el socialismo, porque eso no llega a la gente. A la gente sí le llega un derecho humano“
Mientras antes se tome nota antes crecerá la izquierda en este país. «La Izquierda» alemana aprendió que es difícil llegar a la gente con esos símbolos y un lenguaje panfletario. También tomaron nota en Latinoamérica y no les fue nada mal.
Lo que importa son los hechos y los principios llevados a la práctica. Asumir los derechos humanos en el discurso también es imprescindible para la izquierda. Sólo los más cínicos se atreven a despreciarlos en público.
En cuanto a los símbolos son los que son. Como comunista no podría cambiarlos. Tampoco los he elegido, vienen dados.
Hablando exclusivamente de la oferta electoral. No se trata ni de contenido ni de envoltorio. Se trata de como se vende. Hay esta el error, pues una propuesta tan diferente debe ser sacada de las teorías del márquetin, tan engañosas que movilizan (Si lo consiguen) solo y exclusivamente y ante un único candidato y hasta que se deposita el voto,(Ejemplos a patadas el más reciente Obama) y después punto y aparte.
Los votantes de tan variada izquierda no pueden aceptar eso y muchos se sitúan en la abstención. O pululan desorientados votando tras análisis profundos y solitarios.”El voto útil”.
Como:
Muy difícil. Un apunte, evitar el candidato y proponer listas. Hablar del programa como algo que no se acaba el día de las elecciones. Explicar durante el periodo De representación los logros y lo que se queda en el tintero. Y no ser participes, bajo ninguna disculpa de nada para lo que no se ha sido votado. No olvidar que el concepto es el de los representantes y no el de los elegidos.
Siento llegar tarde.
No deja de sorprenderme que se discuta la conveniencia de abandonar la hoz y martillo (por simplificar la cosa) con las dificultades evidentes que ello tiene y no nos planteemos algo mucho más sencillo pero que parece aún más irrealizable: unificar la denominación de Izquierda Unida en toda España y unificar la imagen corporativa. ¿Empezamos por lo más sencillo o vamos directamente a arreglar el tejado?
[…] fiesta del PCE también ha dado que hablar en tono de morriña a Juan y en plan reflexivo a Hugo que se pueso a pensar sobre el comunismo lo que hizo que Sira, al Hijo Rojo y ceronegativo […]
[…] fiesta del PCE también ha dado que hablar en tono de morriña a Juan y en plan reflexivo a Hugo que se pueso a pensar sobre el comunismo lo que hizo que Sira, al Hijo Rojo y ceronegativo […]
[…] fiesta del PCE también ha dado que hablar en tono de morriña a Juan y en plan reflexivo a Hugo que se pueso a pensar sobre el comunismo lo que hizo que Sira, al Hijo Rojo y ceronegativo […]
[…] fiesta del PCE también ha dado que hablar en tono de morriña a Juan y en plan reflexivo a Hugo que se pueso a pensar sobre el comunismo lo que hizo que Sira, al Hijo Rojo y ceronegativo […]
[…] fiesta del PCE también ha dado que hablar en tono de morriña a Juan y en plan reflexivo a Hugo que se pueso a pensar sobre el comunismo lo que hizo que Sira, al Hijo Rojo y ceronegativo […]
[…] fiesta del PCE también ha dado que hablar en tono de morriña a Juan y en plan reflexivo a Hugo que se pueso a pensar sobre el comunismo lo que hizo que Sira, al Hijo Rojo y ceronegativo […]
[…] fiesta del PCE también ha dado que hablar en tono de morriña a Juan y en plan reflexivo a Hugo que se pueso a pensar sobre el comunismo lo que hizo que Sira, al Hijo Rojo y ceronegativo […]
[…] fiesta del PCE también ha dado que hablar en tono de morriña a Juan y en plan reflexivo a Hugo que se pueso a pensar sobre el comunismo lo que hizo que Sira, al Hijo Rojo y ceronegativo […]
[…] fiesta del PCE también ha dado que hablar en tono de morriña a Juan y en plan reflexivo a Hugo que se puso a pensar sobre el comunismo lo que hizo que Sira, al Hijo Rojo y ceronegativo […]
Felicidades por el post. Creo que es muy importante mostrar las dudas y generar debate sobre el comunismo y la izquierda actual.
Sobre lo comentado, respecto a los símbolos comunistas estos suelen ser utilizados para movilizar a comunistas convencidos y negativamente para los anticomunistas, que son mayoría social y reciben favores como la tibieza con las violaciones de DDHH en China por parte de comunistas españoles. Unos símbolos estigmatizados, que sólo mueven a los convencidos y espantan al resto no sirven para acercar a esa mayoría social que sí comparte los principios de IU. La hoz y el martillo no sólo son anacrónicos, son un lastre, y lo mismo diría de la internacional. (¿qué pensará un famélico africano de verdad al ver cantar la internacional a militantes del PSOE o IU con el Iphone en el bolsillo? Pensará que es una tomadura de pelo!!)
Sobre el tema de Julio Anguita, creo que está en lo cierto porque la gente rechaza el comunismo visceralmente. Proponer la defensa de los DDHH o de la democracia interna como señales de identidad le daría a IU otro discurso diferenciado del PSOE pero asumible por toda la sociedad, incluso por los votantes del PP (que harán falta si IU quiere llegar a la Moncloa [verdadera señal de derrota de IU es el tiempo que hace que no se habla de esto! IU-Moncloa].
En mi opinión, también sería necesario que IU dejase de parecer el antifaz del PCE aunque me consta que algunos militantes piensan que si el PCE se presentase en solitario le iría mejor que a IU (qué locura!)
Finalmente, creo que lo de la Ley electoral (al margen de ser una campaña pésimamente enfocada) y la queja de los medios de comunicación son bastante pueriles por parte de IU. Primero, porque el sistema no se va a hacer el haraquiri por mucha razón que lleves poniéndote la ley electoral a medida; al revés, ellos se la hicieron a SU medida y es lo más natural. Segundo, porque IU tiene que plantear como estrategia electoral «del municipio a la Moncloa» ya que donde IU tiene alcalde tiene también buenos resultados a nivel autonómico y estatal. Y para ganar en el municipio lo que hace falta es mucho buzoneo los sábados por la mañana, mucho puerta a puerta y dejarse la piel en el cargo como hacen muchos de los gobiernos locales de IU.
Un saludo y espero no molestar a nadie porque sinceramente que a IU le deseo buena suerte.
[…] generado en la izquierda de cuantos he escrito en el blog (y van más de 1500). Se titulaba “Comunismo, comunistas” y va por los sesenta y siete comentarios (el último de hoy mismo) además de respuestas en […]
[…] Últimamente hay cierta polémica con Julio Anguita a cuenta de sus declaraciones sobre el comunismo y los Derechos Humanos, polémica que yo conocía través del blog de Hugo en su entrada Comunismo, comunistas […]
Bueno, llego muy tarde al debate y tampoco espero ser leído, pero no puedo reprimirme: he de contestar.
En primer lugar, si he de destacar un comentario (y ya es difícil) sería el de Quentin.
Sobre los símbolos: desprenderse de unos símbolos más añejos, más poderosos de la iconografía contemporánea es una locura, en mi opinión, de proporciones mayúsculas.
Venga, ya paso de meterme en cuitas ideológicas. ¿Sabéis lo que cuesta crear una marca? Hay empresas que gastan sumas ingentes en crearse una imagen corporativa.
La marca, no la compañía, sólo la marca de Coca Cola, de Apple, el logo de Google o la estrellita de Mercedes valen decenas de miles de millones de dólares (la marca Google está valorada en casi 100.000 millones de dólares).
Hugo, si yo te presento la manzanita de Apple, la reconoces enseguida. Basta, hasta ahí la misión del logo, identificar. Si eres un macquero, ese logo te gustará. Si detestas los mac, te provocará rechazo. Pero la has reconocido. Lo peor que le podría pasar a Apple es que dijeras ¿y esa manzana, qué coño significa? Lo que te pasa con miles de marcas que no reconoces (por eso valen menos).
Quien odie a tal o cual ideología, la seguirá odiando la presentes bajo los símbolos que la presentes. Pero el tener unos símbolos tan poderosos (y que tan caro ha comprado el movimiento obrero) como la bandera roja, la estrecha, la hoz y el martillo…es algo impagable en una formación política como en cualquier otra organización.
Desprenderse de ellos, más allá de consideraciones ideológicas, sería una torpeza, un despilfarro de tamaño mayúsculo.
En cualquier caso, si el PCE decide tirar (que no puede, porque no son suyas) las herramientas a la papelera, que avise que yo se las compro.
Venga, pensemos: ¿Cuánto costaría el símbolo de la hoz y el martillo, por cuánto se vendería la patente de ese logo en el mercado? Quizá si os lo dicen en euros sepáis valorar el inmenso capital que tenéis, que tenemos detrás de esos símbolos.
Ahora ya con la ideología: yo sí que creo que lo que defiende un comunista de hace 200 años (sí, antes de Marx también se puede hablar de comunismo) y de hoy en día es, básicamente, lo mismo: que ningún hombre viva del producto del trabajo de otro hombre.
O lo que es lo mismo: negar la legitimidad de la propiedad privada de los medios de producción y, por tanto, del capital.
Tan sencillo como eso (es que lo de emancipación suena bien pero es poco concreto en lo material).
Como a través de IU no se puede defender tal opción, considero que IU es un obstáculo para la consecución del comunismo (históricamente, no me negaréis que es un instrumento inválido para la transformación social, como mucho podéis tener esperanza de que esto cambie, pero para eso hay que tener más fe que Santa Teresa y más moral que el Alcoyano).
Preferiría que se presentase en solitario un PCE que plantease abiertamente la abolición del capital (aunque sea gradual y limitada), a una IU que sobre el particular, la estructura de la propiedad, no dice ni mu. Seríamos pocos, pero poco es más que nada, que es lo que tenemos ahora.
Si no se propone ¿cómo se pretende que cale entre la gente? ¡Si no se lo creen ni los propios dirigentes!
Yo no le veo la utilidad a seguir cohabitando en la misma formación anticapitalistas y reformistas. No si el objetivo es la propiedad colectiva de los medios de producción.