«Para los republicanos, nadie tiene derechos de cuna. Ahora bien, cuando esos republicanos son ricos, o tienen un negocio, o una casa, ¡bien que dejan las propiedades en herencia a sus hijos! Coherencia, pues«
Σοφία Μαργαρίτα Βικτωρία Φρειδερίκη Γλίξμπουργκ, alias Sofía de Grecia
Con dos frases ridiculiza ‘Sofía de Grecia‘ las aspiraciones políticas republicanas. Una se basa en la patética mención al cons-ti-tu-cio-na-lis-mo. Como la Constitución dice que en España hay monarquía toca aguantarse: «No hay que ser republicano ni monárquico, sino cons-ti-tu-cio-na-lis-ta. Hasta el sindicalista o el comunista más acérrimo, si está con la Constitución, tiene que estar con la Monarquía, que es lo que ahí pone.» La chorrada es mayúscula, pero tampoco hay por qué argumentar en contra porque ya lo hace ella solita hablando de la posibilidad de una España federal: «Si esa Constitución se hiciera en el Parlamento y el pueblo español la aprobara y, sobre todo, si sirviese para unir, no para disgregar… Si sirviese para que todos se sintieran a gusto ‘en su casa común’ bien reconocidos y formando parte de España, pero de una sola España, no de quince o diecisiete trocitos de España… Quizá, tal vez… podría ser una solución«. O sea, que ella admite que la constitución puede cambiarse o sustituirse pot otra, por lo que no se trata de ser cons-ti-tu-cio-na-lis-ta, sino de que ella tiene el-cu-lo-pe-ga-do-al-tro-no.
En cambio la otra frase, con la que encabezo este apunte tiene más sentido porque revela la calidad moral de la excelente profesional que tenemos por consorte del Jefe del Estado. La tipa viene a decir que sí, que tiene un morro que se lo pisa, pero que habría que vernos a los demás en su puesto. ‘Si tú, republicanita de mierda, cuando heredas un piso no renuncias a él, ¿crees que yo no me voy a aferrar con uñas y dientes a este chollo?‘.
El razonamiento de la reina, además de ser una confesión de mezquindad bastante transparente, es falso. En primer lugar porque hay republicanas con un buen patrimonio y que son firmes defensoras de elevar los tipos fiscales a las rentas altas y son absolutamente contrarias al fin del impuesto de sucesiones. Si Σοφία no se lo cree, yo le puedo presentar a alguna persona cercana. Y en segundo lugar porque es perfectamente legítimo considerar que la propiedad debe ser hereditaria pero los cargos políticos no. Es lo que sucede en nuestra sociedad salvo en la jefatura del Estado: tampoco se hereda la presidencia de las diputaciones provinciales (salvo en Castellón) sin que nos parezca incoherente con el hecho de que sí se hereden las motos.
Una de las ventajas de la transparencia de esta católica de 70 años es que el razonamiento de Sofía de Grecia potencia el análisis que muchos hacemos del papel de Juan Carlos y el resto de dirigentes franquistas durante la transición. Sabemos cómo razona esta familia: igual que el republicano mezquino que se aferra a su herencia, ellos tratan de no soltar nada de lo que reciben. Sin embargo, el relato hagiográfico de la transición nos habla de cómo el rey, pudiendo tener un poder absoluto, nos llevó a una democracia en la que se quedó con un papel menor que el heredado. Pero según aprendemos de Σοφί, ni esos republicanos ceden un ápice de lo que heredan si pueden. No pensará Σοφία que su marido es más tonto que esos republicanos: sabe que él también conservó todo el poder que pudo. Hizo un cálculo, aprendió de su abuelo y de su cuñado y organizó el juego del modo en que menos podía perder. Y le salió muy bien hasta que su mujer se puso a hablar.
Ojalá Sofía saque otro libro de confesiones cuando cumpla 71 años. El título lo aporto yo: ‘A enemigo que huye…‘
Ustes es más joven que yo y quizá no se haya dado cuenta de lo corta que es la vida.
¿Podría explicarme qué sentido tiene desperdiciarla en seguir las opiniones de esta señora, con la cantidad de personas que hay en el mundo con ideas valiosas que no conocemos?
Yo me doy cuenta de lo corto que es el presupuesto (mire las escuelas infantiles públicas que hay en su barrio) y de que este año se paraliza el presupuesto de todo lo público menos del altar que regalamos a una familia para difundir privilegiadamente opiniones reaccionarias.
Y si ella ridiculiza a los republicanos, permítanos federico que respondamos un poquito: lo contrario se podría entender no como un aprovechamiento del tiempo, sino como una muestra más del servilismo vasallo que tuvieron y tienen algunos de nuestros mayores (y menores).
¿Por qué no da ella el mensaje navideño?
Gracias por la explicación, don Hugo, pero sigo dudando, no se si no estaremos dando demasiado vuelo al personaje.
Y lo de Navidad seguro que sería un error. Tomaría el relevo de doña Rogelia ya ya no nos la quitaríamos de encima. Podría incluso desplazar a Carmen Sevilla y darnos también las campanadas.
«En primer lugar porque hay republicanas con un buen patrimonio y que son firmes defensoras de elevar los tipos fiscales a las rentas altas y son absolutamente contrarias al fin del impuesto de sucesiones.»
Sin duda, si defienden eso, no me extraña que tengan un buen patrimonio y por eso son partidarias de los impuestos altos. Ya se sabe, el dinero nunca importa a los que lo tienen de sobra.
Según leo, parece que todos los republicanos piensan como usted o son de su cuerda. ¿Es así? ¿En la arcadia republicana habrá sitio para partidos conservadores o para un soñado partido liberal que abogue por la supresión de impuestos sobre el trabajo, el consumo y el ahorro? Digo sitio mas allá de los cementerios, claro está.
Cierto: el impuesto de sucesiones favorece a los ricos.
¡Que empanada tienes, colega!
Defensa, recuerda que durante la II República los conservadores no solo existian, sino que gobernaron durante dos años (fijese como lo harían que se lo conoce como el bienio negro…), pero lo que si que no tenian era una jefatura del estado hereditaria y en manos de ultras como Sofi
No conocía éstas afirmaciones, pero retratan a ésta señora de manera vergonzante. De acuerdo con el autor del blog. No es de extrañar que la familia real sea tan «discreta», si se ponen a hablar se les termina el chiringuito en dos telediarios. Menuda bronca le ha debido echar el Juancar: «¡Sofi, que nos buscas la ruina!»
Defensa, tu error está en una confusión típicamente idealista, que coloca a los interlocutores en una posición de diseñadores de la casa de sus sueños. Además, entiendes lo político como una estructura estática, cuando es un proceso. Para muchos de nosotros, el papel que puede jugar la república es el de un salto de eje, un punto de inflexión, una transformación de las prioridades, un cambio de guión, etc. Se trata de dar paso a un escenario que favorezca la lucha contra nuestros enemigos, que permita reorganizarnos, acumular fuerzas, ponerles a la defensiva. Por supuesto, este proceso toma necesariamente caracteres republicanos, no sólo en cuanto liquidación de la monarquía formal, sino en cuanto democratización de la legitimidad política y colectivización de los asuntos públicos. Por otro lado, no tienes por qué preocuparte por la suerte de los partidos conservadores porque siempre han existido y, me atrevo a prever, siempre existirán. No obstante, creo que, dentro de tus limitaciones, lo vas pillando: la república que queremos no es más que un punto de partida (o de apoyo).