Cuba ha sido un referente en la protesta, un faro a la hora de señalar la dignidad en forma de defensa frente a la imposición imperial (que en América Latina no es un concepto, sino una realidad cruel que condena a la miseria, el analfabetismo, la muerte), pero está fracasando de manera sonora en la propuesta. El actual modelo cubano no es una propuesta de futuro ni siquiera para la propia Cuba. Los logros en educación, salud, igualdad, lucha contra la explotación no bastan ya como garantía para que el socialismo en Cuba mantenga su fortaleza. Se construye desde lo que se tiene, no desde lo que se consiguió. Y si alguien lo duda, que le pregunten a las cubanas y a los cubanos. Que no lo interpreten los que mandan.
El esfuerzo de ir más allá aún está pendiente. No basta, insistimos, señalar los logros. Esos ya están. Se trata de ir más allá.

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