Miles de seres humanos de todo el mundo vinieron a España a arriesgar su vida por la democracia de nuestros padres, nuestras madres, nuestras abuelas y abuelos. Veo en Público que ha muerto el último de los brigadistas cubanos. Cuando uno muere después de haber sido tan extremadamente generoso puede irse con una sonrisa de satisfacción por haber tenido una vida tan valiosa.

Gracias, Universo Lípiz. Y en tu nombre gracias a tanta gente increíblemente maravillosa. Qué envidia.