Antes de ser engullido por La Tierra al son de las bombas israelíes, Barack Obama, el hombre del cambio, de la esperanza, buscaba gobiernos del mundo que acogiesen a los secuestrados de Guantánamo. Obama prometió cerrar Guantánamo, pero no prometió un ataque de histeria, así que lo último que sabemos es que se está tomando las cosas con calma: en un par de años, anunció, cerrará el campo de secuestro y tortura.

Como va a presidir la «mayor democracia del mundo«, tan amiga de la «única democracia de Oriente Próximo«, Guantánamo queda mal. No es bonito tener a cientos de personas contra las que no hay una sola acusación secuestradas en un limbo jurídico en el que no tienen ni un sólo derecho humano.

No hemos escuchado todavía a ningún gobierno que ofrezca su apoyo a Obama ofreciéndose a acoger en su territorio a esta gente. El nuestro, por ejemplo, debería ser el primero en ofrecer esa ayuda que pide Mr Change. Ofrezcamos nuestro país como lugar en el que serían muy bienvenidas estas personas que son el mejor ejemplo de que los valores del fascismo siguen golpeando duro a manos de las potencias más poderosas del planeta. Ofrezcamos nuestro país para que vengan, como México acogió a los republicanos españoles que huían del fascismo patrio.

Que vengan decenas de ellos y reciban todo nuestro cariño. Que reciban el estatus de refugiado político y el gobierno les pague por explicar en colegios, institutos, facultades, academias militares, academias de baile y de corte y confección… el horror vivido en Guantánamo. Que vayan gratis a La Noria y al programa de la Campos y cuenten cómo se vive secuestrado, torturado, amenazado… por una potencia democrática con la complicidad de todo occidente. Esa será una mejor forma de educación para la ciudadanía que cualquiera de las que se le haya ocurrido a ningún funcionario del Ministerio de Educación.

No sé qué problema puede haber en tal posibilidad… salvo que Obama no esté buscando eso, sino países que se ofrezcan a continuar con el secuestro a escondidas y sin que las manos manchadas sean las de Mr Change, sino las de algún tiranuelo que no presuma de ser un campeón de los derechos humanos. No es ese el cambio prometido, ¿verdad? Para pasar de ser el matón del barrio a ser quien contrata al matón del barrio no hacían falta estas alforjas. ¿Es posible que lo que esté buscando Obama sean países para que mantengan detenidas a personas contra las cuales no hay ninguna acusación? Mucho me temo que la respuesta a esta pregunta sea Yes we can.