Cuando estudiaba Filosofía, casi todos mis compañeros huían de las asignaturas de la rama de Lógica como de la peste. Yo en cambio las adoraba: no sólo me entretenían sino que permitían tener una cierta seguridad en la argumentación limitando los problemas a la verdad de las premisas. Una de las recetas más interesantes era la de la eliminación del disyuntor. Por no extenderme: podemos saber que llueve o hace sol; sabemos también que si llueve cogeremos el paraguas (para no mojarnos); y que si hace sol cogeremos el paraguas (porque tenemos alergia al Sol o porque queremos hacer un homenaje a Michael Jackson). Con esas tres premisas podemos concluir válidamente que cogeremos el paraguas sin necesidad de salir a la ventana a ver si llueve o hace sol, disyunción que resulta superada.
Me ha venido a la cabeza esta pedantería para explicar mi posición en el interesantísimo debate suscitado por un par de entradas de Rafa sobre la figura histórica de Carrillo (aquí y aquí) a cuyo trapo han entrado Javi, Viul y Ceronegativo en sendas entradas interesantísimas.
Dado que no tengo gran cosa que decir sobre la gestión de Carrillo al frente del PCE (porque es de mala educación meterse en casas ajenas y porque no podría añadir nada a las estupendas entradas citadas), sólo dije algo en la primera entrada de Rafa al respecto: soy profundamente crítico con el proceso constituyente y con sus gestores y por tanto creo que el PCE se equivocó participando entusiasta en el inicio de la Transición (no creo que la Transición sea un periodo pasado, sino el nombre de nuestro régimen actual, pero eso es otro cantar). El PCE cedió muchísimo a cambio de un botín mínimo que en todo caso el poder tenía que ceder: en la Europa de finales de los 70 un régimen postfascista era incómodo para todo el mundo y si querían mantenerse en el poder los Borbón, los Suárez, los Fraga, los Martín Villa,… tenían que adoptar una serie de medidas que permitieran homologar a España como una democracia. Adoptaron esas medidas, pero ni una más: no hubo ni un sólo exceso democrático y en algunos casos como la pervivencia de la monarquía o la ley electoral (entre otros) se mantuvieron fuera de lo democráticamente exigible.
¿A cuento de qué viene la referencia a la eliminación del disyuntor? Hay quien entiende que en aquellas circunstancias, con el ruido de sables que hacía temer una involución mediante un golpe militar o incluso una nueva guerra civil, el PCE fuera sumamente prudente y aceptara una democracia de mínimos sin tensar la cuerda. Supongo que quien así argumente coincidirá en que hoy no hay el riesgo de un golpe militar y que la apuesta por un cambio sustancial político, económico y social (que es lo representado por la reivindicación de la III República) sería hoy perfectamente viable y que sólo generaría las tensiones que siempre supone cualquier proyecto transformador.
Quienes coincidamos en que, fuera buena o mala la actitud de Carrillo en los años 70, hoy tenemos que reivindicar la III República como superación del statu quo actual podemos eliminar la disyunción. Y no es poco. La mayoría de las reivindicaciones de la Transición hoy no son un mero ejercicio académico de evaluación histórica: son discursos conservadores que ensalzan aquellos años para que no movamos un ápice del edificio construido entonces (el mito de la Transición funciona como una religión política). Por otra parte, quienes militaban en el PCE en los años 70 son en buena parte quienes sacrificaron buena parte de su vida sabiendo que sólo les podría traer cárcel, tortura y sacrificio y no tengo ninguna fuerza moral para discutir si llegado un momento algunos de ellos cedieron demasiado (no es el caso de Carrillo, que vivió durante la dictadura franquista de palacio en palacio hasta recalar en el Palacio de la Zarzuela).
No rehuyo el debate «académico» sobre aquellos años, ni mucho menos. Pero sabiendo que lo fundamental es qué hacer hoy (por qué mañana trabajar). Si estamos de acuerdo en eso, el debate sobre el pasado es mucho más llevadero.
Di que si, tu mirando adelante ;-). Estando totalmente de acuerdo con tu entrada, remarcar que es necesario ir cerrando heridas del pasado, para poder avanzar con mas fuerza. Cambiando de ejemplo y sin ánimo de ampliar más el debate, que conste, es como lo de pedir perdón por el estalinismo ¡basta ya! ¡lo hemos hecho cientos de veces! Eso si que habría que cerrarlo de una vez, porque estamos otdos de acuerdo. En cuanto a esto aún hay debate, pues debatamos, que el tono muestra que se puede hacer sin problemas.
Las facultades de Filosofía deben de ser algo así como un instituto yankee de las pelis. En esos institutos está la popular cheerleader y su novio el quaterback, las frívolas, los nerds de gafas…en las facultades de Filosofía pasa igual, sólo que…¡¡todos sois unos nerds, coño, admitidlo!! Pero por favor, fijaos que cuadro ha puesto Hugo ahí como imagen de la entrada: ¡hay que tener las gafas sujetas con celo en el puente para entender esas cosas y que además te gusten!
PD.: ¡por Marx, cómo me hubiera gustado estudiar esa carrera repletita de gente extraña y frikis como yo!
Bueno, en primer lugar me gustaría felicitaros a todos por el intenso debate celebrado (que desde la butaca he disfrutado como un enano), ojalá el Partido tome nota y sea tan valiente a la hora de abordar los temas candentes que están sobre la mesa (IU, CC.OO, cumplimiento acuerdos internos, etc), con la misma decisión y honestidad que la que se ha tenido aquí.
En segundo lugar aclarar a Hugo que cualquiera está invitado a entrar en nuestra casa (que es la de toda la Clase Obrera) y tratar los temas que se cuecen en ella, siempre que se haga con respeto y ganas de mejorarla, y yo creo que siempre los has hecho así, por lo tanto no te tienes que cortar lo más mínimo; la nevera al fondo a la derecha, ya sabes, echale algo que está un poco tiesa jajaja.
Por último ponerme del lado de Javi, las facultades de filosofía tienen un algo entre mágico y exotérico, para los que no hemos estudiado en ellas, pero que da unos frutos que las convierten en lugares imprescindibles y que hay que defender a muerte (más ahora que se las quieren cargar, para que no haya oposición alguna al ideal posmodernista). Tenía un colega que decía que la «filosofía es un deporte de riesgo», yo después de haber leído apenas 2 páginas de «El ser y el tiempo», de no haber entendido una mierda y de haber sacado únicamente un dolor de cabeza del carajo, lo comparto 100 %.
Por último y con respecto al diagrama, decir que mi novia (que es profesora de filosofía) también es una apasionada de la lógica, y una admiradora de los eruditos en la materia. Algo que yo nunca he comprendido, ¿como se puede admirar a un tipo que se apellida Rivadulla? jajajja
Un abrazo y de nuevo mis felicitaciones, amantes de la polémica.
Me he picado y esta tarde intentaré sacar tiempo para comentar el tema en mi blog. Espero no bajar mucho el listón del debate.
Que no, que en las facultades de filosofía se hace lo que en todas las demás: concursos de citas de Nietzsche, carreras de deletreado de Kierkegaard emporrados,… ¡lo normal!
Pues yo sí que voy a bajar irremediablemente el listón. Para una lectura objetiva de la Transi, recomiendo el corto “Franco no puede morir en la cama”, con Luis Ciges en el papel del invicto caudillo.
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[…] Eurocomunismo y Santiago Carrillo” que tuvieron Rafa Hortaleza, Kaneda, Rafa de nuevo, Viul, Hugo, Ignacio Blanco, Mileurismo y Rafa otra […]
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