La compra de armamento a Francia por parte de Brasil fue comunicada por el diario de ayer como un “(…) ambicioso acuerdo de cooperación en materia de defensa que consolidará al país suramericano como la primera e indiscutible potencia militar del subcontinente (…) (1)

El actual gobierno brasileño, aunque es considerado pacífico, se gastó 12.300 millones de dólares, según se sigue leyendo en El País, pero su apuesta belicista es positivamente considerada como “(…) el espaldarazo definitivo al programa de Lula para modernizar sus Fuerzas Armadas (…)”

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Al comprobar qué tipo de armas se han adquirido; “(…) 100.000 fusiles de asalto Kaláshnikov AK-47, 24 aviones Sukhoi SU con armamento, 5.000 fusiles de Dragunov de alta precisión (…)” por parte de Venezuela, y “(…) cuatro submarinos convencionales Scorpene, otro sumergible nuclear y 50 helicópteros de transporte EC-725 (…) 36 cazas de combate Rafale (…)” para Brasil, uno es incapaz de imaginarse el terrorífico titular que emplearía El País para advertirnos de la compra de un submarino nuclear por parte de la República Bolivariana.

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