Durante muchos más meses de lo esperado, Madrid, fue un referente mundial de resistencia frente al fascismo. El 7 de noviembre de 1936 comenzó la defensa de Madrid, una de las epopeyas verdaderamente heroicas protagonizadas por un pueblo que no estaba dispuesto a entregar su libertad por mucho pánico que sintiera.

Cuando las tropas fascistas llegaban a las puertas de Madrid, nadie apostaba un real por una resistencia democrática mínimamente duradera. Para que la toma de Madrid no supusiera la derrota de la República, el gobierno legítimo se desplazó a Valencia. En el pueblo madrileño había buenas razones para sentir terror: eran ya conocidos los crímenes de Yagüe y muy especialmente la matanza de Badajoz, posiblemente el episodio más brutal del holocausto español. Muchos estaban convencidos, con razón, de que la entrada en Madrid de los fascistas regaría las plazas de toros de la sangre que se derramó en Badajoz: la de los resistentes, la del puebloque no se rendía.

En vez caer en manos del pánico y miedo, el pueblo de Madrid se engalanó con el traje de la dignidad: la consigna ‘Prefiero morir de pie que vivir de rodillas‘ era el código que permitió a Madrid sorprender a todo el mundo por la heroicidad de una resistencia inesperada. Aquí no hubo gritos de vivan las caenas, sino una defensa de la libertad, la democracia y la solidaridad que merecen ser celebrados como el ejemplo de lo mejor que puede ofrecer un pueblo a la humanidad: su dignidad.

Hoy se celebra en Madrid el 7 de Noviembre. He tenido el honor de ser invitado a presentar el acto que se celebrará en el Ateneo (pinchando en el cartel, veréis en grande los actos programados). Veo en el blog de Carlos que otras personas van a preferir hacer un congreso en el que se defienda la memoria fascista. Cuando el mismo perro se cambia de collar hay que seguir gritando: «El fascismo quiere conquistar Madrid ¡No pasarán!«